El bastón adecuado

Para caminar es necesario tener varias habilidades básicas: fuerza y coordinación para mantener la marcha y capacidad para conservar la posición vertical en equilibrio. Nos resulta intuitivo porque es algo que aprendemos desde bien pequeñitos, durante los primeros 15 meses de vida.
Sin embargo, a medida que nos hacemos mayores, nuestra movilidad se ve reducida por factores fisiológicos (como la pérdida de masa muscular o la disminución de la flexibilidad) o patológicos (dolor en espalda o piernas, problemas de equilibrio, lesiones antiguas, artrosis…). De hecho, se estima que el 35% de los mayores de 70 años sufre algún problema de salud que les dificulta andar con seguridad.

Cuando una persona se siente inestable al caminar, va despacio o tiene dolor o debilidad, puede notar mucha mejoría en su marcha simplemente si se apoya en un bastón adecuado a su altura. Si el bastón resulta demasiado alto o bajo, el apoyo será inadecuado, quedando el cuerpo del usuario ladeado y causando molestias en lugar de alivio.
Un bastón tendrá la altura correcta cuando el usuario se pone de pie junto a él y su muñeca queda al mismo nivel que la empuñadura del bastón.
Para que resulte eficaz, el bastón debe apoyarse en el suelo a unos 15 cm del borde externo del pie, quedando el codo flexionado ligeramente.
Suele recomendarse coger el bastón con la mano del lado contrario a la pierna más débil (para cargar el peso en la pierna más fuerte), pero en los casos en que ambas piernas tienen más o menos la misma fuerza lo recomendable será que el usuario decida con qué mano se siente más cómodo (normalmente será la mano con la que tiene más fuerza).  

 

Cabe destacar que en la mayoría de los casos la compra del primer bastón no suele ser iniciativa de la persona que va a utilizarlo: habitualmente son los familiares los primeros que perciben su necesidad de un bastón de apoyo, y suelen encontrarse con cierta reticencia inicial del afectado, que rechaza el bastón por considerarlo signo de vejez. En un caso así, nuestra recomendación es comprarles un primer bastón con el pretexto de que lo pueda usar en momentos puntuales, de modo que su familiar pueda comprobar cómo aumenta su estabilidad e independencia y vaya animándose a utilizarlo con más frecuencia.

 

Fuente:
www.msdmanuals.com
Autor: Gloria Aparici. Farmacéutica.

 

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